Los últimos vestigios vivos de la Constantinopla bizantina. La agonía de una Comunidad Ortodoxa

The latter remains alive of the Byzantine Constantinople. The agony of an Orthodox Community

Resumen

Por lo menos hasta mediados de la década de 1990, cada año, en la iglesia de la Virgen de Blaquernas, se seguía cantando el himno Τη Υπερμάχω Στρατηγώ τα Νικητήρια [Ti Hipermajo Stratigó ta Nikitiria]. Este himno se cantó siempre en Constantinopla desde el siglo séptimo, desde la victoria sobre el primer sitio árabe a la Ciudad. Los últimos griegos de Constantinopla han continuado recordando anualmente aquella salvación de la Polis, que fue atribuida a la protección directa de la Virgen María, y han seguido así una tradición ininterrumpida durante más de mil trescientos años. Los que allí en Blaquernas se reunían hasta la década de 1990 –y acaso hasta hoy– son cada vez menos y cada vez más ancianos. Son los últimos griegos de Constantinopla, los últimos sobrevivientes del helenismo constantinopolitano.